Los múltiples encantos de la bahía de Los Escullos la convierten en lugar imprescindible y forma junto con La Isleta del Moro y Rodalquilar, el corazón del Parque Natural.

Playa del Arco. Una de las playas más amplias y cuidadas del Parque, limitada por la espectacular duna fósil que con sus raras formas decora el paisaje.
Castillo de San Felipe.Restaurado recientemente, fue construido en el siglo XVIII por mandato de Carlos III para la defensa de la costa. Próximamente, pasará a convertirse en el Centro de Interpretación Marina del Parque.

Playa del Esparto o de Piedra Galera. La belleza erosionada de la zona del embarcadero y las fantasmales formas volcánicas y bellos fondos marinos, la hacen lugar de imprescindible visita.

Conos volcánicos de “Los frailes”. Aunque es en primavera cuando está en pleno esplendor, esta zona, al igual que toda la sierra del Cabo, nos sorprende siempre por sus insospechadas bellezas, como las coladas de lava y especies como el palmito, el antirrhinum, la cornicabra o el esparto en lo botánico y especies animales como el búho real, el águila perdicera, el lagarto ocelado o el erizo. Representan el punto de máxima altitud del Parque, con 493m de altura. Muchos son los valientes que se aventuran hasta su cumbre, recibiendo como recompensa, unas vistas inigualables.

Isleta del Moro. Su nombre evoca la presencia berberisca en tiempos pasados. Pueblo tradicional, cuya actividad siempre se ha sustentado en la pesca artesanal. Dispone de una tranquila playa de fina arena. 

Cala de los Toros. Un breve paseo a través de la vereda que parte desde la carretera, al pasar la población de la Isleta del Moro a la altura del inicio de las estribaciones del pico que separa los valles de Los Escullos y Rodalquilar, nos conduce hacia a esta fabulosa cala. De arena negra, procedente de las rocas volcánicas que la rodean, se sitúa al final de una pequeña rambla convertida en sorprendente vergel casi a pie de mar, conformando uno de los contrastes y paisajes más sorprendentes del parque. Sus aguas son cristalinas y sus fondos marinos, simplemente espectaculares.

Mirador de la Amatista. Fantástico Balcón al mar, situado en la cima del cerro que limita el valle de Los Escullos con el de Rodalquilar. Permite admirar a derecha e izquierda, la Bahía de Los Escullos, la Isleta del Moro, la punta de Cala los Toros y la punta de La Polacra con su torre vigía.

Caldera de “Majada redonda”. Se accede a través de un sendero ubicado en Las Presillas Bajas. Nos permitirá observar el cráter abierto de un antiguo volcán, tras realizar un recorrido de 2,7 km de longitud.

A pocos kilometros de los Escullos se encuentra:

Rodalquilar. Población de ancestral pasado minero, situada bajo el Cerro del Cinto y presidiendo un bello valle. Antiguas minas de Oro y planta de lavado en Rodalquilar. En uso hasta 1960, conforman un fantasmagórico pasaje, donde el choque del metal, en el silencio solo turbado por el silbar caprichoso del viento, parece resonar en nuestros oidos.En la actualidad su entorno está siendo recuperado y restaurado, siendo un claro ejemplo la antigua Iglesia, que una vez rescatada de la absoluta ruina en que se encontraba, brilla orgullosa pese a su modestísimo origen. Otros edificios restaurados de las viejas instalaciones mineras, se han reutilizado como sede administrativa del Parque Natural.

Jardín Botánico de Rodalquilar. Otro punto de obligada visita es el jardín botánico "El Arbardinal". Aglutina gran parte de la flora endémica almeriense, sirviendo además como centro de Educación Ambiental, a la vez que realiza un importante trabajo de conservación de las especies botánicas autóctonas amenazadas.

Playa del Playazo. Es una de las Playas más bonitas del Parque. Situada al final del valle de Rodalquilar, se accede a través de una pista de tierra, en la que encontraremos el Castillo de la Batería, torre de origen nazarí. Su finísima arena dorada llama nuestra atención al instante. Junto a la misma, se encuentra el Castillo de San Ramón, originario del S. XVIII. Si nos animamos a realizar un paseo siguiendo la línea de costa en esa dirección, podremos admirar unos bellos acantilados y unos fondos marinos limpios y cristalinos. Dicho recorrido finaliza a la llega al pueblo de Las Negras.

Torre de Los lobos. Antigua torre vigía, hoy reconvertida en faro, corona la Punta de la Polacra, ofreciéndonos una panorámica única de esta franja del litoral.

San José. Pueblo de San José. Población de origen pesquero, alberga un pequeño puerto deportivo, hostales y servicios de restauración, así como un punto de información turística.

Playas de Mónsul, Genoveses, Media Luna y Calas de Barronal. Tanto por su extensión como por su importancia, este conjunto de playas, como tal, es quizás el más conocido del Parque. Playas de fina arena, y escasa profundidad, alguna, como la de Genoveses, enmarcada en una majestuosa ensenada. Otras, como la de Mónsul, famosa por los múltiples rodajes cinematográficos allí realizados, lo que la convierten en la más emblemática del Parque. Finalmente, las Calas de Barronal, situadas entre estas dos y de más difícil acceso, aunque de más reducidas dimensiones, no menos singulares y cautivadoras, siendo lugar frecuentado por los bañistas que gustan de practicar el naturismo.

Cala Higuera. Situada al Norte de la población de San José, está bella cala rocosa nos cautivará por sus esplendidos fondos marinos.