Vivir Galicia de otro modo. Apreciar su dimensión cultural,  es lo que ofrece la Casa Grande de Cornide. Un proyecto pionero del Turismo Rural gallego con un enfoque marcadamente cultural avalado por once años de trayectoria, y una clara vocación de servicio que pretende superar la superficialidad del turismo de masas, personalizando al máximo la experiencia de quienes quieren sentirse a gusto en la casa que siempre han imaginado. En definitiva, facilitando al viajero un contacto más profundo con una Galicia aún por descubrir: Un país antiguo y a la vez moderno, dispuesto a dejarse admirar por viajeros que no se conforman con los tópicos de siempre.

La arquitectura, la cultura tradicional y la etnografía están plasmadas en la propia Casa Grande de Cornide que guarda una muestra de la cerámica popular gallega con piezas antiguas, así como los principales elementos de la cultura agraria tradicional de la zona. Arte anónimo, que conjuga la belleza de sus formas con su uso instrumental en las más diversas actividades agrarias, al lado del arte con firma, con una función estética y decorativa que encierra todos los valores simbólicos de un pueblo profundamente europeo. Y es que la Casa Grande de Cornide ofrece en todas sus estancias una de las más interesantes colecciones privadas de la pintura gallega del siglo XX. Junto a óleos de los principales renovadores de la plástica gallega, como Luís Seoane, Manuel Colmeiro y Laxeiro, en los muros de la casa, incluidas las paredes de los dormitorios, cuelgan obras de más de una treintena de autores, entre los que figuran clásicos de la pintura y escultura gallega como Manuel Torres, Pesqueira, Sucasas, Raimundo Patiño, María Victoria de la Fuente, Xavier Pousa, Virxilio, Abelenda, Quesada, José Luís de Dios, González Pascual, Leopoldo Novoa, Silverio Rivas, Manolo Paz..., de los creadores más jóvenes como Correo Corredoira o Berta Cácamo,    así como de pintores españoles  consagrados como Benjamín Palencia, Saura, Dalí o Joseph Rollo.... Una colección para contemplarla y vivirla, que raramente se ofrece en un recinto hotelero, y que es un valor añadido para quienes buscan algo más que un hotel para dormir.

Hablamos de pintura, pero también podemos hacerlo de literatura, de música. La biblioteca de la Casa Grande de Cornide, dispuesta en torno a una original mesa de trabajo ofrece más de 2.500 libros entre los que figura lo más importante de la literatura contemporánea, incluida por supuesto la gallega, así como secciones de libros relacionados con las artes plásticas, los viajes y los viajeros por Galicia y, naturalmente, el Camino de Santiago, con una buena selección de todo lo publicado en varios idiomas.

Servir un buen desayuno, descansar en una buena cama de una habitación confortable, es algo que se da por supuesto en un establecimiento de la máxima categoría, pero existen más necesidades que las primarias. El resto son valores añadidos que elevan el nivel y demuestran que la excelencia hotelera no está reñida con en el turismo rural. Por encima de las obras de arte, están las personas que dan vida al proyecto Casa Grande de Cornide,  y que contribuyen a crear el clima de cordialidad necesario para digerir la personalidad del establecimiento.  Especialmente sus propietarios Chus Castro y Xosé Ramón Pousa, que intentan dar respuesta a casi todas las interrogantes de los visitantes y, sobre todo, ayudarles a efectuar un turismo a la carta que le permita llegar a todos aquellos centros de interés y que, en algunos casos, ni siquiera figuran en las guías.

La Casa Grande de Cornide es mucho más que un pequeño pazo perdido en la campiña gallega: Es un magnífico ejemplo de la arquitectura popular, con elementos originarios del siglo XVIII, enriquecidos a lo largo del siglo XIX, gracias a la aportación de la emigración “indiana”, que hizo que la propiedad fuese conocida durante años como “Casa do Americano”, y recuperada, finalmente, también por “indianos”, en el último cuarto del siglo XX, con la aportación de las mejores técnicas rehabilitadoras, para hacer del conjunto un hotel respetuoso con el pasado y, al mismo tiempo, abierto a todas las comodidades del tercer milenio.

Las diez habitaciones se reparten en más de 800  metros edificados, con dos amplios salones, comedor, lareiras y una magnífica biblioteca de uso público para los viajeros. El edificio principal abre sus cuatro fachadas de gruesos muros de piedra a un jardín centenario con más de 6.000 metros cuadrados en el que existen más de un centenar de especies. Junto a las más habituales de la flora autóctona, en este pequeño jardín botánico conviven especies centenarias traidas de otras latitudes: magnolios, camelios, laureles, rododendros, palmeras, cedros.... La antigua base agraria de la casa está todavía presente en los dos hórreos y en el enorme palomar, datado en 1790, que sirve actualmente como bodega en la que el visitante podrá encontrar los mejores vinos de España y disponer del mejor asesoramiento para conocer las virtudes de los vinos gallegos. Cruceiros, fuentes, cenadores, viejos últiles de piedra cobran vida en el jardín en el que también se puede disfrutar de una gran piscina.

La Casa Grande forma parte del núcleo de Cornide, una pequeña aldea rural con no más de cuarenta casas articuladas en torno a dos grandes carballeiras y circundadas por el Rio Manzanillo, un subafluente del compostelano Rio Sar, que hasta hace pocas décadas movía las muelas de varios molinos de trigo y de maíz que todavía aguardan una merecida rehabilitación. El petroglifo de Regoufe (con más de 4.000 años de antigüedad); el campo das mámoas de Luou,  colindan con la aldea que se sitúa en las proximidades del Castro Lupario, ligado a la leyenda jacobea. La aldea vecina de Vilar de Francos marca el comienzo de la última etapa del Camino Portuguçes a Santiago. Y es que llama la atención que este escenario rural tenga lugar a menos de diez kilómetros de Santiago de Compostela, el corazón de Galicia.

Compostela es la principal baza turística y cultural de Galicia y también el principal objetivo de quienes se alojan en la Casa Grande de Cornide. Descubrir Compostela es amar el arte, la cultura, la historia, pero también el sol, las estrellas, la lluvia...Millones de viajeros en más de mil años allanaron los caminos de Europa en busca de un mito que perdura. Y esto ha dejado un poso material e inmaterial, tangible e intangible, que agranda el poder de atracción inicial. Una experiencia difícil de olvidar que vivieron en la Casa Grande de Cornide viajeros célebres y desconocidos que se sintieron a gusto entre sus paredes.