Caminar por las adoquinadas pequeñas calles cordobesas, dejarse atrapar por la belleza de sus patios, oler la siempre apetecible gastronomía local y sorprenderse por la cantidad de monumentos y lugares de interés que Córdoba tiene en su haber, confirman a esta ciudad milenaria como uno de los rincones preferidos que recorrer a lo largo y ancho de nuestra geografía.

Viajar a Córdoba nunca decepciona y recorrer alguno de los monumentos que reflejan el pasado lejano pero vibrante del que aún puede hacer gala Al Andalus, es apostar por unos días de turismo rural emocionantes y sorprendentes. Para llegar a Córdoba y contemplar las maravillas del lugar, nada mejor que optar por hospedarse en una casa rural, una típica casa cordobesa donde mimetizarse con el ambiente y el punch del que hace gala esta ciudad.

Calzado cómodo y a recorrer sus calles, Córdoba, sobre todo las del segundo casco histórico más grande de Europa, el mayor espacio urbano del mundo declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Para empezar, la Mezquita de Córdoba, uno de los elementos arquitectónicos más importantes de la España islámica y empezado a construir en el año 785, aunque en 1238 tras la Reconquista y hasta nuestros días se trata de un templo católico.

Durante años, compartió el título de la mezquita más grande del mundo junto a  la mezquita azul de Estambul, y donde descubrir alrededor de sus más de 23.000 metros cuadrados un sinfín de obras de arte a modo de fachadas, fuentes, jardines, patios, capillas… pero Córdoba como destino de turismo rural, es mucho más que la omnipresente Mezquita de Córdoba.

Recorrer las calles de Córdoba parando a degustar un rico gazpacho cordobés, un salmorejo, flamenquines o cualquiera de sus múltiples guisos bañados con un rico y autóctono aceite de oliva, es también descubrir otros interesantes lugares para entender el pasado de la ciudad. Viajar a Córdoba es descubrir la antigua judería, sus más de 20 museos, los baños califales construidos por Alhakén II, un paseo por el puente romano contemplando la belleza del Guadalquivir, sus imponentes jardines como el de la Victoria o el de Miraflores a orillas del rio, una treintena de históricas iglesias, el Alcázar de los Reyes Cristianos, la antigua muralla, sus edificios palaciegos y el conjunto arquitectónico de Medina Azahara.

Después de tanto turismo rural en Córdoba, hospedarse en alguna casa rural o algún cortijo típicamente cordobés, es completar una experiencia única y enriquecedora de la que, sin duda, querrás regresar. Así es Córdoba.