Cientos de lugares de España rememoran estos días las últimas horas de Cristo. Una explosión de cultura cristiana salpica las calles de nuestro país. Imágenes que dejan las iglesias por unas horas y cobran vida, abriéndose paso entre los ojos de quién espera para ver a un inocente Jesús, o a esa madre dolorosa que, entre lágrimas, contempla la cruz desnuda que dará muerte al Mesías. Representaciones bíblicas. Luto y penitencia. Así es la Semana Santa española en donde esta fecha se vive con mayor intensidad.
Málaga, Miércoles Santo, 19:00 h. Miles de personas se concentran en la puerta de la Iglesia de Santiago esperando la salida del trono de Nuestro Padre Jesús “El Rico”. Se trata de una de las procesiones que mayor expectación despierta en Andalucía. Es momento para la esperanza, la de un preso que espera ser liberado por la mirada del Señor. Jesús, cuando fue crucificado, miró al cielo y pidió a Dios que perdonase a los que le habían castigado, “Padre perdónales” y ahora es la imagen de Cristo cargando la cruz la que perdona la condena de un presidiario, dejándole así en libertad. El reo con el rostro cubierto, los pies descalzos y cargando una cruz a los hombros, se suma en ese momento al paso procesional como muestra de agradecimiento por su liberación.
Cáceres, Valverde de la Vera, Jueves Santo a la media noche. El silencio impera por las calles de este pueblo cacereño. Silencio que se rompe con el sonido de unas cadenas que se arrastran por el suelo y de unos eslabones de hierro que chocan entre sí colgados de los brazos de los empalaos. Es noche de penitencia y, quizá, sea el lugar en el que se vive con mayor sacrificio. Penitentes anónimos que ocultan su rostro bajo un velo sujeto con una corona de espinas, vestidos con una enagua blanca y una soga de esparto que aprisiona el tórax y que sujeta, con los brazos en cruz, un palo de madera de unos 5kg y a la espalda, dos espadas cruzadas sobre la cabeza del penitente. Así caminan por la calles de Valverde de la Vera en la madrugada del Jueves Santo los empalaos, arrodillándose en el vía crucis de 14 cruces que lo componen y ante la presencia de otro empalao, mostrándole su respeto y admiración, ya que sólo ellos conocen la dureza de esta penitencia que algunos no logran terminar.
Sevilla, Jueves Santo, 15:30h. La ciudad hispalense se vuelca con la salida de La Exaltación, una de las imágenes de mayor peso y longitud de toda España. 3.500 kilos de trono sobre los hombros de unos 60 costaleros que cargan con el peso de la tortura a la que fue sometido Jesucristo. Es un acto de fe. 580 nazarenos acompañan a Jesús en su último camino hacia la muerte, por lo que se ha convertido en uno de los pasos que mayor fervor despierta entre sevillanos y turistas de todo el mundo.
La Rioja, San Vicente de la Sonsierra, Jueves Santo, 19:30 y 23:00h. Es tiempo de dolor. Se escuchan los primeros latigazos y la respiración entrecortada de quién lo observa. Hablamos de “los picaos”, que ataviados con una túnica blanca que les deja la espalda descubierta y cubriéndose la cara con un capuchón blanco, comienzan a flagelarse frente a la imagen que veneran y con la que han hecho una promesa. Durante unos 20 minutos aproximados, el disciplinante se golpea la espalda con una madeja de cordones de esparto. Recibe entre 800 y mil golpes de flagelación hasta que comienzan a verse los primeros hematomas y es entonces, cuando el práctico que lo acompaña, le picará la zona lumbar con unas agujas produciendo doce pinchazos, como doce apóstoles. Tras este momento, el disciplinante vuelve a propinarse otros 30 latigazos para que la sangre fluya, dando por terminado su sacrificio. Promesa cumplida.
Córdoba, Viernes Santo, 18:00h. La música de la banda que acompaña al Santísimo Cristo del Descendimiento acelera los latidos de los que esperan emocionados para ver a Jesús crucificado. Se trata de una de las tres procesiones más largas de duración y con el palio más pesado en la que fuera capital del mundo en la época romana. Noventa costaleros que le prestan a Cristo sus pies para pasear por la calles de la ciudad cristiana. 45 corazones que cargan a la vez con el trono y hacen bombear la sangre de un Jesús desangrado y castigado a morir en la cruz. Detrás de la imagen del Descendimiento, camina llorosa a hombros de otros 30 costaleros que sostienen el dolor y las lágrimas de Nuestra Señora del Buen Fin, calificada como la Virgen más bonita de la Semana Santa cordobesa. Días de sentimiento.
Murcia, Lorca, Viernes Santo, 19:30h. Comienza el desfile bíblico pasional. Así se conoce a la representación teatralizada del Antiguo Testamento que hacen dos de las cofradías en la localidad murciana, la del paso Azul de la Hermandad de Labradores y la del paso Blanco, de Nuestra Señora de la Amargura. Es formar parte de la tradición. Y vivirla, revivirla. Caballos, carros, carrozas y personas caracterizadas como en los pasajes bíblicos, se enfrentan en una de las avenidas lorquinas. La calle se prepara para ese momento, el asfalto se cubre de arena, se colocan gradas para los asistentes a ambos lados y los balcones se cubren con los dos colores de esta Semana Santa tan peculiar, que le ha valido el reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Así suceden en España los días santos, de norte a sur y de este a oeste, con pies encadenados a una promesa, cuerpos y almas vestidas de luto por la muerte de Cristo, hombros que cargan con una penitencia… Es el dolor de la fe.