La casa rural A Quintela se ubica en la aldea de Quintelas de Abaixo, en la parroquia de Dúas Igrexas, una de las trece parroquias que componen el Ayuntamiento de Forcarei (Pontevedra).
Se encuentra a media hora de Santiago de Compostela y a media hora de Pontevedra.
Posee seis habitaciones dobles, todas con cuarto de baño y ducha, salón comedor, sala de estar, vestíbulo, lar tradicional y cocina moderna. Tiene un total de 434 metros cuadrados y procede de la restauración de una casa de labranza con más de trescientos años de antigüedad.
La distancia a la capital del municipio, donde se encuentran todos los servicios de administración, salud, cultura y ocio, es de 2 km. También se encuentra a 300 m de la ruta de senderismo Pontes do Lérez y a 6 km del monasterio cisterciense de Santa María de Aciveiro.
Se alquila casa completa (hasta 12 personas):
1 noche: 225 €
Fin de semana: 390 €
Una semana: 1.300 €
Una quincena: 2.500 €
Un mes: 4.500 €
RUTA PONTES DO LÉREZ:
Surgida a la sombra de una obra de colaboración entre el cronista Antonio Rodríguez Fraiz y el artista Agustín Portela Paz, que va describiendo y retratando puntualmente cada uno de los puentes sobre el Lérez, su entorno y los retazos de cultura inmaterial ligados a las zonas por las que el río discurre.
No fueron, sin embargo, éstos dos autores los primeros en cantar las excelencias del Lérez. Fray Martín Sarmiento, con antepasados en Cerdedo, le dedica una casi desmedida atención a este río que nace en Acibeiro, a escasos dos quilómetros del monasterio.
Nos transmite el gran filólogo sus dudas acerca del origen etimológico de la voz Lérez (originalmente Leron o Laeron): “... ni sé si es voz de la lengua primitiva, si de la céltica, si de la griega, o si de la latina”, y apunta una imaginativa hipótesis: “Siendo Pontevedra Hellenes y su significado, pueblo o país habitado de hellenos o griegos, claro está, que sin violencia, se pudo llamar el río Lérez, río de los griegos o fluvius hellenôn.
Supuesto lo dicho, pudo haberse dicho Leros o Leron, mudando la N en R, tránsito común, sincopado el Hel-leron de Hel-lenon. Y acaso así se llamaría, y por lo mismo no me determino a creer sea voz latina... Mientras, digo que Laeros, se dijo Leros, Lericos, Lerice, Lerce, Lerze, Lerz, Lérez y Leriz”. Se diría, pues, que podemos llamarlo con la licencia del sabio Martín, el río de los mil nombres en la tierra de los mil ríos de Cunqueiro.
También otro cerdedense, el poeta Xosé Roxelio Otero Espasandín, que en este año 2000 cumple su Centenario, dedicó un hermoso poema a los puentes del Lérez, en el que queda bien patente su amor por la tierra:
Pontes do río Lérez / feitas de ceo e pedra: / lévovos no recordo / sempre ledas. / Firmes pontes / brinco de orela a orela / maternos brazos / da ialma da Galecia: / comigo andades sempre, / as meniñas dos ollos moi abertas, / cara ó lonxe do tempo / e das estrelas.
El recorrido de esta ruta, diseñado por Gumersindo Ferro, comienza en el lugar de Pedre (Cerdedo) y finaliza a pocos metros del nacimiento del río, al pié del Candán (Acibeiro). Se separa en algunas zonas del cauce debido a las condiciones topográficas adversas, y se divide en 9 tramos que suponen un total de 24 quilómetros:
1- Ponte de Pedre – Ponte de Vichocuntín : quilómetro y medio que discurre en sus comienzos entre unos muros de piedra que conducen a la “Eira Grande” de Pedre, aldea que fue calificada por algunos etnógrafos como el “Combarro interior”.
2- Ponte de Vichocuntín – Ponte de San Antón : tramo de 2 quilómetros que transcurre por una zona llana y con abundante arbolado.
3- Ponte de San Antón – Ponte do Pego : 5 quilómetros. Desviándose al pueblo de Cerdedo se puede ver el conjunto de hórreos de “Eira da Pena”, y volviendo al río existe una buena cantidad de molinos sin perder la trayectoria del cauce.
4- Ponte do Pego – Ponte Parada : otro quilómetro y medio. Tramo que consolida un paso de socorrido uso para los pescadores en la ribera izquierda. “Ponte Parada” es digna de contemplar haciendo un alto en el camino.
5- Ponte Parada – Ponte Gomaíl : tramo de 3 quilómetros y medio que une dos puentes de los más hermosos de la ruta. Encontraremos un camino que antiguamente servía como acceso a una de las primeras mini-centrales de la era protoindustrial que generó la corriente eléctrica para el municipio de Forcarei, la de los Gulías.
6- Ponte Gomaíl – Ponte Maril : en estos 2 quilómetros se encuentra un trozo de camino empedrado entre el puente nuevo y el llamado del Batán, de Forcarei.
7- Ponte Maril – Ponte Carballa : parte este tramo de un paraje acogedor y desbordante de vegetación al lado del campamento juvenil de Ponte Maril, y discurre por bosques y robledas casi en permanente sombra. Tiene unos 3 quilómetros.
8- Ponte Carballa – Ponte Vella de Andón : en un espacio de 3 quilómetros y medio se recupera un viejo alcorce que iba desde “Ponte Carballa” a Acibeiro, a causa del encajamiento que hace impracticable la zona de ribera. Transcurre a cielo abierto por los montes de Valiñas y Furada.
9- Ponte Vella de Andón – Ponte Vella do Rabelo : los dos últimos quilómetros transcurren por terrenos de capa vegetal muy honda y nos conducen a las proximidades del nacimiento del Lérez. El puente del que partimos en este último tramo, “Ponte Vella de Andón”, merece otro alto en el camino, para observar la hermosura de esta obra maestra del románico popular, atribuida a San Gonzalo das Penas, cuando era abad del monasterio, que queda a unos cuatrocientos metros del puente.
De la magia y belleza de esta ruta unida al río, a los puentes, a los molinos y al monasterio, nos habla la propia tradición de nuestro país : en el mundo mítico gallego el agua, en todas sus formas (ríos, fuentes, el mar) tiene una vital relevancia. También universalmente está vinculada a un simbolismo circular de muerte y resurrección.
Este valor mítico del agua se encuentra en los más antiguos textos de la humanidad y, por ejemplo, en la epopeya sumeria de Gilgamesh concreta el mito del eterno retorno. Se ven claros, pues, los lazos de unión de las tradiciones seculares alrededor del agua con los ancestrales “enxebramentos”, ritos propios del folclore gallego que equivalían al bautismo de los nonnatos o bautismos anticipados cuando se temía por la vida de la criatura en el vientre materno, al igual que los rituales de fertilidad o de exorcismo.
De la práctica de los variados tipos de ritos hídricos existe constancia en algunos puentes del Lérez, como “Ponte Vella de Andón”, Gomaíl, Parada o Pedre, acompañada siempre de los correspondientes ensalmos o “esconxuros”.
Por la carretera de Pontevedra a Ourense cogiendo el tramo que va a Silleda y desviándose en la parroquia de Dúas Igrexas.